Constelaciones Familiares y Movimientos del Espíritu
Por Pilar Suárez
Qué son?

Las constelaciones familiares y los movimientos del espíritu son una filosofía y una práctica al servicio de la vida. Se realizan cuando anhelamos solucionar o aliviar una situación que vivimos con dificultad y que opaca nuestro presente: nuestro bienestar, nuestras relaciones, nuestras metas, nuestra salud, nuestro brillo personal.
Las constelaciones familiares nos permiten ver la profunda conexión que nos une con nuestro sistema familiar, con lo que en él ha sucedido en las distintas generaciones que nos preceden (especialmente, con lo que ha quedado oculto, excluido, rechazado, negado). Y también nos permiten vernos -y ver a las personas con las que estamos unidas- desde un lugar de mayor profundidad, de mayor verdad, que muchas veces no llegamos a ver con los ojos de nuestro cuerpo físico, ni llegamos a inteligir con los recursos de nuestra mente concreta. Por eso, las constelaciones amiliares son una invitación a ir más allá: más allá de lo conocido, más allá de nuestra mente concreta, más allá de los límites de nuestra personalidad.
En ese “ir más allá”, las constelaciones nos muestran que aquello que nuestros/as ancestros/as no pudieron sanar, sigue vivo en nosotros/as, a la espera de ser visto e integrado con amor. También nos muestran, con relación a nuestra propia vida, qué es lo que nos debilita y cuáles son los movimientos a hacer para encontrarnos con nuestra fuerza y plenitud.
Cuáles son sus efectos?
Por un lado, una nueva comprensión acerca de la dificultad que estamos experimentando. Eso nos lleva a ampliar nuestra percepción al respecto y con ello, inevitablemente, nuestra conducta también cambia. Ya no vemos como antes veíamos, por lo tanto, ya no podemos ser como antes éramos. Y como en los sistemas todos/as estamos profunda e íntimamente conectados/as, experimentamos que nuestro cambio no termina ahí, sino que tiene una resonancia en los/as demás, más allá de lo que es consciente y de lo que no lo es.
Por otro lado, se inicia un movimiento de sanación.
Cómo se practican?
Se trata de una práctica perceptiva, que nos invita a sentir. A través de las distintas sensaciones y vivencias que podemos experimentar en nuestros cuerpos inferiores (físico, emocional y mental), vamos conectando con esa profundidad de la que hablábamos antes; vamos alumbrando lo que sucede en lo más profundo de nosotros/as y de las personas con las que estamos unidas. Se pueden realizar en forma grupal y en forma individual.
Cómo funciona la modalidad grupal?
En la modalidad GRUPAL, solemos ser observadores/as de nuestra propia constelación. El grupo está al servicio de las constelaciones que se realizan y las personas que lo integran hacen el trabajo perceptivo de conectar con lo profundo (a ese trabajo lo llamamos “representar”). Son las personas del grupo las que traen a la luz lo que sucede más allá de lo que solemos ver, a través de las sensaciones que reciben en sus cuerpos. No es necesario tener ninguna información de lo que se está representando, o de la persona a la que estamos representando, porque es un trabajo que va más allá de la mente concreta.
El grupo tiene muchas bondades adicionales, porque al sanar en forma colectiva, cobramos dimensión (desde la experiencia) de cuán profundamente hermanados/as estamos como humanidad que somos. La conexión no es sólo con nuestro sistema familiar. La conexión es con todo lo vivo, en nosotros/as y en los/as demás. Cuando vamos más allá de nuestra mente concreta, los límites y las separaciones que ésta vive y ve empiezan a disolverse: los límites entre “yo” y “tú”, entre el pasado y el presente, entre la vida y la muerte, entre lo humano y lo divino.
Las constelaciones en grupo también nos permiten participar “sólo” para vivir la experiencia, para saber de qué se trata esta maravillosa herramienta. Es decir, podemos participar sin la intención de constelar una dificultad particular que estemos viviendo: como observadores o, lo que es aún más rico, ayudando a los demás en sus propias constelaciones familiares, que es otro modo de contribuir, también, con nuestro crecimiento y expansión.
Cómo son los encuentros grupales?
A los encuentros grupales podemos ir con la intención de constelar o a conocer de qué se trata esta práctica al servicio de la vida. Como las constelaciones familiares nos invitan a conectar con el sentir, en el encuentro mismo sentimos (y en esa conexión somos guiados/as con sabiduría) quiénes constelan vez por vez, hasta la finalización del encuentro. No confirmamos de antemano la constelación sino que nos dejamos llevar por lo que una sabiduría más grande nos señala, en la plena certeza de que esa luz ilumina el mayor bien para todos/as los/as presentes, y teniendo en cuenta que las constelaciones familiares trabajan y actúan de muchas maneras distintas.
No sólo sanamos cuando constelamos. Cuando somos parte de la experiencia de un encuentro grupal, la comprensión y la sanación actúan de muchos modos, en quienes constelan y en quienes participan representando u observando.
Qué temas se pueden constelar?
Cualquier situación que estemos viviendo que nos quite la paz. Como madres y padres, también podemos constelar las situaciones desafiantes que viven nuestros/as hijos/as, cuando ellos/as todavía se encuentran bajo nuestro cuidado
Qué son los movimientos del espíritu?
La evolución de las constelaciones familiares, de la mano de Bert Hellinger, fue sumergiéndose más y más en la dimensión espiritual que da vida a todo lo que es. Vaciándonos de todo lo que está en nuestros cuerpos inferiores (físico, emocional y mental) y de los contenidos y experiencias de nuestra personalidad, es como permitimos ser guiados por otra fuerza, por una fuerza superior a nuestro pequeño yo. Esta forma de trabajar, que confía plenamente en un Guía Superior aún si nuestra mente inferior no comprende, y que tiene su propio procedimiento, fue llamada por Bert Hellinger movimientos del espíritu, y también nuevas constelaciones familiares.
Otros beneficios
. Amplían nuestro conocimiento sobre los vínculos familiares y su importancia fundamental en todos nuestros proyectos de vida.
. Muestran los desórdenes familiares que nos alejan de nuestro lugar de fuerza y plenitud, guiándonos hacia él.
. Iluminan nuestras lealtades inconscientes, ayudándonos a tomar nuestro camino, con respeto hacia todo lo que nos precede.
. Permiten una vivencia distinta a la habitual, de mayor frecuencia vibracional, que contribuye a la expansión de nuestra consciencia.
. Posibilitan crecer en comprensión, empatía, amor y humildad.