El miedo... nuestro enemigo?
Por Salomé Charra

El Dalái Lama ha declarado en varias ocasiones que la causa de nuestra infelicidad es que no sabemos cómo manejar nuestras emociones…
Ciertas emociones son consideradas nocivas, casi venenosas, por ejemplo el miedo, la ira y la frustración. Es por ello que aprender a lidiar con nuestras emociones es una de las tareas principales que cualquiera que desee ser feliz debe aprender.
Cuando comprendemos que somos nosotros los que tenemos el poder, y no nuestras emociones, somos entonces capaces de canalizar nuestro miedo de una manera positiva. Comprender el miedo nos ayuda a llegar a ser personas dignas, amables y atentas. Y una persona amable, de buen corazón, puede gestionar el miedo más fácilmente. Esta forma de círculo virtuoso, una gran esperanza para la humanidad.
Todos los problemas de nuestra sociedad provienen de una falta de discernimiento. Cuando ponemos en tela de juicio esta ignorancia a través de la lógica y del razonamiento, explotando los recursos internos ilimitados de sabiduría y de compasión, encarnamos la esperanza – no solamente para nosotros mismos, sino para nuestro mundo.
Vamos a comprender el sentido profundo del miedo.
La mejor forma de lidiar con el miedo es mediante la concentración plena en el momento presente y la compasión. Estos son factores que nos conducen a ser y sentirnos más fuertes y, por lo tanto, con menos temor.
Todos vivimos en un estado de temor, vivimos con miedo (inseguridad, ansiedad, preocupación, timidez son formas de temor). Sólo que no queremos conectar con esto. Y buscamos personas que nos acompañen, actividades que nos distraigan o cosas sobre las cuales canalizar nuestra energía, buscamos placeres, etc. Todo para no sentir el temor que está detrás. Temor porque en realidad somos muy vulnerables. Nuestro ego está siempre en una situación muy vulnerable, por eso cuando estamos actuando desde el ego, solemos sentir temor. Hay muchos tipos de temor característicos: a la crítica, a que nos hieran, al sufrimiento, a la enfermedad, a la soledad, a la muerte, etc.
Podemos preguntarnos ¿De dónde procede nuestra sensación de nerviosismo, de inquietud, de inseguridad, de ansiedad (son todos temores como ya dije)?
Chögyam Trungpa Rinpoche dice:
“El miedo viene de un desconcierto básico, que viene de la incapacidad para sintonizar y armonizar la mente con el cuerpo.”
Muchas veces no estamos sintonizados. Nuestro cuerpo está en un lado, y nuestra mente va por otro. Vamos como escindidos. O nunca tuvieron esa sensación? A veces ni siquiera llegamos a tener la sensación, porque estamos tan habituados a que sea así, que no lo registramos. Pero estamos físicamente en un lugar, mientras pensamos en otro tiempo, en otro espacio… de esto se trata. La mente en una parte, el cuerpo en otra.
Es otra forma de decir que el miedo surge cuando no estamos en presencia plena.
La desintonización de mente y cuerpo nos trae no sólo temores, también enfermedades. Pero de esto no nos ocuparemos aquí.
El miedo se asocia al no – saber, viene cuando no sabes (por ej cuando eras niño y te daba mucho miedo entrar en una pieza oscura). Nuestro miedo ancestral es no saber quiénes somos, miedo a no saber si vamos a desaparecer, cuándo, miedo a no saber qué va a pasar (miedo a la muerte).
Podemos decir que el miedo nace de la desconexión mente/cuerpo, de la falta de presencia o de la ignorancia. Todas son formas similares de expresar lo mismo, que detrás del temor hay siempre un ego manifestándose desde la dualidad.
Cuando nos creemos separados del Todo. Cuando damos por cierta la separación y la dualidad… así aparece el miedo. Miedo a lo desconocido, miedo a la enfermedad, a la pérdida y a la muerte.
También podemos preguntarnos ¿de dónde saca el miedo su poder? radica en su enmascaramiento, su encubrimiento y su ocultamiento. Como no lo vemos, no lo conocemos, se agranda, el miedo al miedo es un miedo al cuadrado, potenciado.
El tema es que muchas veces preferimos no hacer este camino, y evitamos ir hacia nuestro interior. Porque no queremos andar en el camino del temor, porque es doloroso.
Es necesario enfrentarnos a nosotros mismos, conocernos por completo. Esto es un camino que hace cada uno. No lo puede hacer alguien de afuera por nosotros (ni maestro, psicólogo, gurú). Nosotros mismos tenemos que liberarnos del miedo, es un trabajo personal.
Tenemos miedo de ahondar en nosotros mismos. Y este miedo es el que nos tiene enganchado al miedo. Es un pez que se muerde la cola.
Si queremos andar por el camino de la valentía, de la intrepidez, el coraje, tenemos que conocer, ser conscientes del miedo, y conocernos a nosotros mismos sintiendo el miedo.