Meditación en el embarazo

Meditación en el embarazo

Por Salomé Charra

El embarazo es una etapa muy particular en la vida de las mujeres… Un momento de intensos cambios físicos, hormonales, emocionales, etc etc. Mucho se sabe y se escribió sobre el aspecto físico del embarazo, menos se habla sobre toda la catarata de emociones y conflictos internos que se viven, y mucho menos sobre los aspectos espirituales profundos… 

Quiero compartirles este blog, no sólo desde mis conocimientos por ser instructora y formadora de meditación, sino desde mi propia experiencia personal. La práctica de la meditación me acompaña a lo largo de cada momento de mi vida, y el embarazo no fue la excepción.

Fui madre hace tres meses, y quiero compartirles acerca de cómo esta práctica transformó completamente mi forma de vivir y acompañar el desarrollo de mi beba dentro de mi útero.

Al comienzo, la intensidad de la emoción que me acompañó al recibir la noticia, las famosas dos rayas del evatest, hizo que me olvidara durante unos días de mi práctica de sentarme en meditación vipassana a diario… Luego de algunas semanas, y al volver a conectar con la calma, me pregunté a mi misma “¿Cómo quiero vivir este embarazo?” y la respuesta fue inmediata y clara: en presencia. De ahí en adelante, la meditación en todas sus formas me acompañó momento a momento.

Las prácticas de meditación vipassana, sentada, con un centramiento absoluto en el momento presente, sin apego ni aversión a nada, simplemente permaneciendo en el encuentro con el instante que está ocurriendo, se hicieron regulares. En algunos momentos particulares, sobre todo cuando me invadía algún miedito utilizaba meditaciones con visualizaciones. Luego, combinaba pranayamas y yoga al menos dos veces en la semana. Todas estas prácticas fueron muy hermosas e importantes en el proceso. Pero si tengo que nombrar la más importante en convertir mi embarazo en una experiencia de plenitud, inundada de amor, calma y felicidad, fue la actitud meditativa que impregnaba cada pequeño acto de la vida cotidiana, durante esas treinta y ocho semanas y media. Lo que un médico estadounidense muy reconocido dio el nombre de “Mindfulness”. Ese estar ahí, con una apertura total a la experiencia presente, siendo uno con el instante, sin juzgar, sin evaluar lo que sucede, simplemente siendo… Cada cosita que hacía (atender pacientes, entrenar en el gimnasio, caminar con mis perras, tomar un mate y conversar con mi esposo, videollamada con mis hermanas, lavar la ropa, etc.) la comencé a hacer en presencia plena… pues había un ser gestándose dentro mío que me recordaba lo esencial de la Vida y que lo único verdadero es lo que está sucediendo ahora mismo.

En conclusión, se sabe ya que la meditación durante el embarazo puede ser beneficiosa tanto para la mamá como para su bebé, al ayudar a reducir el estrés, mejorar la conexión emocional y promover un ambiente tranquilo y positivo. Mi consejo es, no lo reduzcan a una práctica de 10 minutos diarios sentadas, hagan de todo el embarazo una experiencia meditativa…

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